Mariano pasó el resto de la tarde deambulando por la aldea y se acercó al cementerio. Empujó la verja y pasó entre los sepulcros. Se fijó entonces en que sobre la mayoría de las lápidas aparecía la inscripción R.I.P., y en otras aparecían las mismas palabras que había visto en el sótano de Villa Regina, Requiescat in pacem.
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